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Recordando qué es la adolescencia



En la entrevista inicial a unos padres para hacerles un plan de actuación para su hijo y su familia, estuvimos hablando de muchas cosas, características específicas, cualidades, formas de ser, dificultades, y lo diferente que son muchas veces unos hijos de otros, pero lo que sí les recordé es la cantidad de factores psicológicos, emocionales, físicos que se alteran en un cuerpo a medio desarrollar y en una madurez en proceso de cuajar.


Recordemos por un momento cuando fuimos adolescentes, no sé cada uno como la pasó pero para mí fue un poco infierno, iba todo el tiempo contracorriente con todo. Por poner algunos ejemplos de lo más típico.


La ropa, mi madre con su buena intención quería comprarme la ropa que estaba de moda y de marca, yo sólo quería ropa de mercadillo o prestada (hubo una época que le quitaba una chaqueta a mi padre que me quedaba enorme me la ponía con una camisa más grande aún, corbata y sombrero con flores). Estrambótica no, lo siguiente, y creo que todo con el fin de llevar la contraria, era algo que solía hacer por sistema.


Sentimiento de ser libre, independiente, “una persona mayor”, cuando aún no tenía ni para pipas, para ello desde muy jovencita, como comento en otro artículo, comencé a trabajar cuidando niños, degustaciones de cerveza en campeonatos de golf, etc. No me gustaba la sensación de depender de nadie, quería viajar, ir al teatro, conciertos, leer libros con los que aprendía a reflexionar y tener una actitud crítica ante la política, valores morales o sociales. Una mente inquieta.


No puedo dejar de nombrar la constante confrontación con la autoridad, padres, profesores, siempre pensaba o decía todo lo contario a lo que me exponían, insisto…….por sistema.


Todo esto aderezado con los cambios físicos de mi cuerpo, me quedé en una estatura menor a la deseada, la presión social de los iguales, el caso es que estuve esa etapa de mi vida sin tener mi lugar en el mundo.


En fin……la adolescencia.


Por mi bien y la de mi salud psicológica y de mis padres, esta etapa pasó, como decía Piaget, “La adolescencia es una enfermedad que se cura con el tiempo”.


Así que el primer paso para intervenir con adolescentes, seamos padres o profesionales, es entender bien en qué consiste esta etapa de la vida, y así podemos recordar lo que pasamos nosotros y empatizar con ellos.


Para esto expongo las etapas y los rasgos principales de una fuente muy interesante que trata este tema healthychildren.


Adolescencia temprana (entre los 10 y los 13 años)


Durante esta etapa, los niños suelen comenzar a crecer más rápido. También empiezan a notar otros cambios corporales, entre los que se incluyen el crecimiento de vello en las axilas y en la zona genital, el desarrollo de los senos en las mujeres y el aumento del tamaño de los testículos en los varones. Por lo general empieza uno o dos años antes en las niñas que, en los varones, y puede ser normal que algunos cambios comiencen tan pronto como a los 8 años para las niñas y a los 9 años para los varones. Muchas niñas tienen su primera menstruación alrededor de los 12 años, en promedio de 2 a 3 años después del comienzo del desarrollo de los senos.


Estos cambios corporales pueden generar curiosidad y ansiedad en algunos, en especial si no saben qué esperar o qué es normal. Algunos niños, además, se cuestionan su identidad de género en esta etapa.


Los adolescentes más jóvenes tienen ideas concretas y extremistas. Las cosas están bien o mal, fantásticas o terribles, sin muchos matices. En esta etapa es normal que los jóvenes enfoquen su pensamiento en ellos mismos (lo que llamamos "egocentrismo"). Como parte de esto, los preadolescentes y adolescentes más jóvenes suelen sentirse cohibidos por su apariencia y sienten como si sus iguales los juzgaran permanentemente.


Los preadolescentes sienten una mayor necesidad de privacidad. Es posible que comiencen a explorar formas de ser independientes de su familia. En este proceso, es probable que prueben los límites y reaccionen con intensidad si los padres o tutores reafirman los límites.


Adolescencia media (entre los 14 y los 17 años)


Los cambios físicos que comenzaron en la pubertad continúan durante la adolescencia media. La mayoría de los varones comienzan su "crecimiento repentino" y continúan los cambios relacionados con la pubertad. Es posible, por ejemplo, que se les quiebre la voz a medida que se les va agravando. A algunos le sale acné. Es probable que los cambios físicos estén casi completos en las mujeres y la mayoría de las niñas ya tenga menstruaciones regulares.


A esta edad, a muchos adolescentes les surge el interés en las relaciones románticas y sexuales. Probablemente se cuestionen su identidad sexual y la exploren, lo que podría resultar estresante si no tienen el apoyo de sus iguales, de la familia o de la comunidad.


Muchos jóvenes en su adolescencia media discuten más con sus padres porque luchan por tener más independencia. Es muy probable que pasen menos tiempo con la familia y más tiempo con los amigos. Les preocupa mucho su aspecto y la presión de los iguales (compañeros) puede alcanzar el máximo punto en esta etapa.


El cerebro sigue cambiando y madurando en esta etapa, pero aún hay muchas diferencias entre la forma de pensar de un joven en su adolescencia media y de un adulto. Gran parte de esto se debe a que los lóbulos frontales son la última área del cerebro en madurar; el desarrollo no está completo hasta que la persona tiene veintitantos años. Los lóbulos frontales desempeñan un papel importante en la coordinación de las tomas de decisiones complejas, el control de los impulsos y la capacidad de tener en cuenta varias opciones y consecuencias. Los jóvenes en la adolescencia media tienen más capacidad de pensar en forma abstracta y tener en cuenta el "panorama general", pero aún carecen de la capacidad de aplicarlo en el momento.


Adolescencia tardía (18 a 21 años... ¡o más!)


Los jóvenes en la adolescencia tardía por lo general ya completaron el desarrollo físico y alcanzaron la altura definitiva que tendrán como adultos. Pare esta edad suelen tener más control de sus impulsos y pueden sopesar los riesgos y recompensas mejor y con más precisión.


Los adolescentes que se convierten en adultos jóvenes tienen ahora un sentido más firme de su propia individualidad y pueden identificar sus propios valores. Se centran más en el futuro y basan sus decisiones en sus ilusiones e ideales. Las amistades y las relaciones románticas se tornan más estables. Se separan más de su familia, tanto física como emocionalmente. No obstante, muchos restablecen una relación "adulta" con sus padres, considerándolos personas de su mismo nivel a quienes pedir consejos y con quienes hablar de temas serios, en vez de una figura de autoridad.


Todos estos factores son los que después afectan de manera más o menos intensa a nuestros adolescentes que si no les enseñamos a gestionar a través de la compañía, la escucha, el ejemplo, los límites, la autoridad y el apoyo incondicional se verán aspectos de sus vidas distorsionados como la autoestima, autoconcepto o las emociones.


Tips para afrontar esta montaña rusa de cambios y emociones:


- Ayudar a prever los cambios en su cuerpo, así no les pilla tan de sorpresa.

- Iniciar de forma temprana conversaciones sobre temas delicados, para que no sienta que sea tabú y se sienta con libertad.

- Resaltar siempre los logros, evitar ser inquisitivo o tener expectativas muy altas.

- Respetar su individualidad e independencia.

- Disfrutar del proceso, afrontarlo como un aprendizaje.

 
 
 

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Un espacio educativo donde comparto mi experiencia y conocimientos como madre y educadora a la hora de afrontar diversas dificultades en la comunicación, gestión e identificación de emociones y convivencia con nuestros adolescentes.

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