Disciplina positiva
- ana maria perez cruz
- 21 ago 2022
- 3 Min. de lectura

DISCIPLINA POSITIVA
Hoy son de esos días que se me van a quedar clavados en mi cabeza, cuando redescubrí, ahora con más sentido que nunca, a esta maravillosa mujer, Marisa Moya, la creadora de esta metodología digna de admirar y aplicar en todo centro educativo. Ser una asignatura obligatoria en cualquier carrera sobre educación.
El video con su entrevista lo pongo al final del artículo y se lo recomiendo a todo el mundo encarecidamente, ya solo escucharla es un placer, mas su contenido de valor incalculable se convierte en una joya pedagógica.
En qué consiste la disciplina positiva: parte de cuatro principios.
1. Todo ser humano para su supervivencia necesita conexión, es decir cuidarles, atenderles, quererles, necesitan sentimiento de pertenencia.
2. Las relaciones entre nuestros pupilos y sus maestros o educadores, igual que entre todo ser humano debe ser de respeto mutuo, creando experiencias con amabilidad y firmeza.
3. Necesitan, ellos y nosotros ver sus sentimientos, saber qué hay debajo de la conducta, todo tiene un trasfondo emocional fuerte y hay que identificarlo y validarlo.
4. Necesita desarrollar habilidades socio-emocionales. Aunque sobreviva ¿cómo voy a desarrollarme como persona?. Modela haciendo e imitando y siendo acompañados, nuestra tarea principal, desde la confianza y el afecto.
¿Cómo lo hacemos? Mirándonos a nosotros mismos, y trabajándonos, si no nos gusta el resultado que estamos teniendo de nuestros hijos y de nuestra sociedad, cambiemos. No culpando, como yo siempre digo lo hacemos lo mejor que sabemos y que podemos, pero si responsabilizarnos que se puede y se debe mejorar y cambiar.
Los niños hacen cosas que nos desesperan, si hiciéramos una lista sería casi interminable, peleas, falta de hábitos, disciplina, comunicación escasa o inexistente. Pero si hacemos una lista de cualidades con las que nos gustaría que tuvieran nuestros hijos dentro de 20 años, autonomía, responsabilidad, respeto. Ya casi se nos olvida las anécdotas de más pequeños. Esto es un mapa, es el camino a humanizarse, y debe ser desde la casa principalmente, en un gimnasio muy especial donde nosotros somos los entrenadores para que nuestros hijos adquieran esas cualidades, valores, habilidades, para la vida, para su autonomía y autorrealización. Todo lleva su tiempo, su calma, su proceso.
Es una manera diferente de poner límites, antes eran rígidos y estrictos e inflexibles y eso llevaba a la obediencia, no había un aprendizaje emocional apropiado, y eso llevaba a una actuación de no respeto, ya que esta obediencia estaba basada en el miedo y la culpa y sólo lleva a la rebeldía.
Los límites y las normas hay que consensuarlas, y que las vean con sentido, razonadas, negociadas. Pocos límites y unido siempre a una alternativa. No queramos controlar todo, es imposible y una actitud estéril.
¿Cómo se puede hacer entonces?
1º Adquiriendo compromisos, resolviendo conjuntamente los problemas, llegando a acuerdos, asumiendo responsabilidades y tomando decisiones. El castigo no es una estrategia educativa.
Lo hacemos con la mejor intención cuando queremos que hagan algo por su bien, y como no le dedicamos el suficiente tiempo, paciencia, amor, cariño, castigamos para cortar de raíz algo que nos preocupa o no cubre nuestras expectativas y eso, como ya dije en otro artículo es un error, porque les faltamos el respeto, humillamos, etiquetamos, hacemos juicios, es a lo que estamos acostumbrados.
Portarse mal es la forma que ellos están acostumbrados a resolver sus problemas, eso es la punta del iceberg, el resultado de una situación emocional límite que no saben gestionar, ni identificar y si encima los castigamos…….. el mal comportamiento es una oportunidad para aprender y detectar qué está sucediendo por dentro.
2º Conciencia emocional: lo que siento no es lo que soy, si estoy mucho tiempo enfadada no es que sea una gruñona o una antipática o una arisca sino hay algo que me crea malestar y no sé identificarlo ni gestionarlo, no etiquetemos por el envoltorio, hay mucho más debajo. Tu conducta no eres tú. Si yo me equivoco no soy un error, no soy torpe, soy una persona que está aprendiendo. Sentir es imprescindible y necesario y entendamos o no hay que validar todas las emociones.
Por último, y lo más importante, es que hay que recordar que la adolescencia es un segundo nacimiento, el primero es de nuestra madre a los progenitores, y este segundo del interior del adolescente al mundo. Está creando su vida en base a lo que ha aprendido en el entorno, en ese gimnasio de casa que enseña habilidades personales y sociales que comenté al principio.
El control no es bueno hay que ganarse a los adolescentes para la cooperación, hay que acompañarles, guiarles, sostenerles pero ahora tienen que poner en práctica todo lo que han aprendido con sus entrenadores, sus maestros y educadores.
Mucho más detalladas estas ideas están en este enlace, como lo nombré antes, una joya pedagógica.
GRACIAS GRACIAS GRACIAS
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