Educando en la imparabilidad

Muchos ya me habréis visto con la pulsera negra que pone “soy imparable” o dos más pequeñas azules y letras blancas que dicen “Lain almas imparables”. Y la verdad es que desde que le conocí, y lo cogí como mentor mi vida y la de mi hijo han cambiado de una forma tan espectacular que ni yo me lo creo.

Ambos estamos agradecidos por haber sido una vez muy valiente y con mucha ilusión haber escrito el libro “La voz de tu alma”, que tantas vidas ha cambiado, y su versión preciosa infantil (la que mi hijo se lee).

No sólo aprendes con él principios universales que te ayudan a entender cómo funciona el universo, la vida sino también a cómo cada persona puede crear su entorno, su realidad, con su mente, con mucho trabajo y focalizado en su propósito.

Además definitivamente lo mejor es el grupo de imparables que vas encontrando por el camino, y se unen a ti por vibración, piensan igual que tú y la vida es muy sencilla y fluye……

Mi hijo hace casi un año empezó a estudiar y practicar esto, conmigo y con su terapeuta Antonio (te queremos mucho y lo sabes), y el cambio es indescriptible, el Marcos de ahora es inmensamente más seguro de sí mismo, constante, trabajador y con una mejor autoestima que el de hace un año, ha mejorado espectacularmente con grandes e importantes habilidades emocionales y sociales, que lo han hecho llegar a un siguiente nivel, que ni él mismo nunca imaginó.

De todo lo que yo he aprendido hay ocho cosas que veo fundamental no sólo para mi vida sino para la educación de mi hijo y para construir una vida sana, bonita, con propósito que contribuya a mejorar su sociedad.

Cada día pico y pala las practico con él analizando y resolviendo las dificultades con las que se encuentra en su día a día, para que aprenda a manejar su vida, ser independiente, autónomo, responsable y coherente.

Esto es lo que le repito sin cesar:

1. Sé tu mismo, sé auténtico. Aunque sea una oveja descarriada que no hace lo que suele hacer la multitud o el rebaño (históricamente las masas se equivocan). Haz siempre lo que te apetezca y te haga crecer, sea o no normal o habitual, mientras no dañes a nadie ni a ti mismo. Si haces locuras, o cosas originales o hablas solo, está bien todo es perfecto, sé tu mismo, la vida te irá llevando por el camino que te corresponde, no dejes en esencia de ser un niño.

2. Aceptar la frustración, somos éxitos y fracasos, uno no exime al otro, hay que aceptar los dos por igual, los fracasos como aprendizajes y los éxitos como recompensas breves pero sin dormirse en los laureles, hay que seguir trabajando.

3. Sueña sin límite, los adultos nos amargamos a medida que vamos creciendo, no sólo anímicamente sino dejamos de soñar, lo que de pequeños para nosotros y adolescentes era nuestra vida, llegan voces mediocres y te enjaulan para trabajar como ratón en la rueda, sin fin, para estar en los sueños de otro, y pagar mil cosas innecesarias que ni te sirven ni te hacen feliz. Querido hijo, sueña, y lo que sea en el tiempo se hará realidad. Todo es posible.

4. Controla tu vida, sé tú el dueño libre de tus elecciones, no dejes que nada ni nadie se interponga, la vida se construye en base a toma de decisiones, y si te equivocas, aprendes, resuelves y reconduces. Sé tu siempre tu propio dueño.

5. Todo necesita su tiempo no olvides dos virtudes que ya estás desarrollando constancia y perseverancia, esas son las claves del éxito.

6. Comprométete, haz siempre lo que dices que vas a hacer, contigo mismo y con tu propósito, acciona, recuerda que al universo le gusta la velocidad.

7. Identifica y gestiona tus emociones, cariño, todas son necesarias, todas sirven, todas hay que aceptarlas y gestionarlas, eres un maestro en esto, mucho más que yo.

8. La más importante, hay que hacer lo que sea necesario, guste o no, apetezca más o no, los imparables hacen lo que tienen que hacer, siempre desde el amor y la convicción de que lo que estás haciendo está contribuyendo a mejorar tantas vidas.

Por último, agradecer haber sido la elegida para acompañarte en esta vida y por haberme elegido como madre para hacer lo que has venido a hacer y aprender.

Súper orgullosa de ti y de nosotros como tándem.

ÑAÑI